Listado de películas por orden alfabético

En este link podréis encontrar las películas por orden, y más adelante por géneros y temas. Si seguís teniendo problemas para enviar los comentarios, podréis hacerlo enviando un correo a esta dirección: pirumod666@hotmail.com, indicando en el asunto del mensaje la palabra BLOG y la película que queréis postear. Actualmente hay 114 películas comentadas. En este link encontraréis el meme Escenas para recordar Tal vez os interesen mis colaboraciones en Ponte Cine Aquéllos comentarios que ostenten un contenido manifiestamente ofensivo, injurioso o discriminatorio, así como contrarios a lo previsto en la legislación aplicable, serán eliminados lo antes posible.

jueves, 24 de octubre de 2013

La Colina (The Hill)




"Somos el punto débil del sistema"



Como decía, antes de valorar cuáles han sido las películas más votadas de este año en el blog, así como la mejor crítica del ciclo anterior, me gustaría tomarme un tiempo durante el cual podréis disfrutar de una entrada a modo de "aperitivo", antes de meternos a tope con las elegidas por los votantes. He escogido una vuelta al bélico, pero con toques de cine negro, una película con una ambigüedad moral muy interesante y que espero nos haga reflexionar a todos en las noches de insomnio. También es un director que todavía no se había dejado ver mucho por el blog, y ya se estaba haciendo de rogar. Autor de películas como "12 hombres sin piedad", "Antes que el diablo sepa que has muerto", "Declaradme culpable" o "Serpico", La Colina es una película ambientada en la II Guerra Mundial, dirigida por Sidney Lummet y protagonizada por Sean Connery, estrenada en el año 1965. Resulta una película un tanto atípica en esto del género bélico, rozando otros sub-géneros del negro, como el carcelario, donde asistimos a un campo de castigo que los ingleses tienen en el Norte de África. Un campo que es dominado por la construcción de una colina artificial de arena del desierto, artificio que sirve a los mandamases del tinglado para imponer severos castigos a aquéllos soldados que se desvían del camino marcado.
Es en este contexto en el que se nos presentan la nueva hornada de desdichados que han dado con sus vidas en ese agujero del desierto: un viejo camorrista, un soldado de raza negra al que apresaron por robar alcohol a un oficial, un regordete experto del estraperlo, un bisoño soldado objeto de burlas y pullas por el sargento de turno, y el bueno de Sean, una especie de alter ego del Kirk Douglas que vimos en Senderos de gloria, desde el momento en que se enfrenta a sus oficiales para salvar a sus hombres (pero ésto lo iremos descubriendo poco a poco). Película coral, por tanto, pero en la que Connery tendrá un peso fundamental desde el momento en que se convierte en el pilar desestabilizador de la sádica lógica con la que funciona el campamento (desde las carnicerías psicológcias que se apunta el sargento Williams, hasta la ignorancia e indiferencia que muestra el Mayor al mando del campo).

La verdad es que resulta una verdadera lástima tener que criticar una película que parece presentar unas cartas tan interesantes de inicio: conflictos morales, el ambiente bélico de fondo en un plano militar, buenas actuaciones, muy buenos diálogos (inteligentísimos, muy al estilo de El motín del Caine) y un final a la altura de su director. La fotografía en blanco y negro es magnífica, y los movimientos de cámara subiendo y bajando la colina hacen que el espectador sude a la par que los condenados. También alguna secuencia magnífica como la ida de olla del soldado negro, el motín en los cuarteles y su superación por el segundo oficial al mando del campo, así como las conversaciones a tres bandas entre el doctor, el MayorWilson, y el sargento Williams. Y es que hay que señalar que la primera hora de película es auténticamente infumable, un pestiño de tomo y lomo que casi hacen al espectador darle al pause y dedicar su vida a menesteres más interesantes: si realmente era necesario emplear una hora entera de metraje para introducirnos en la rutina de los prisioneros, la rutina de los castigos, sinceramente no lo sé. Quizás ayude a ver como son destrozados psicológicamente los personajes del film, el problema es que el espectador puede acabar del mismo modo... Y lo cierto es que sería un gravísimo error abandonarla a su suerte sin llegar a los créditos finales, pues es a partir de esa primera hora cuando la cosa se pone interesante y surgen los debates que Lumett nos quiere presentar: el régimen carcelario de los excluidos del ejército aliado, la deshumanización de la guerra vista desde otro punto de vista y los duelos de ingenio entre los principales protagonistas. Unas secuencias ésta últimas en las que Lumett se luce a base de bien, dejando que la historia fluya narrativamente por sí sola, casi como si la hubiese constreñido durante una larga hora y ésta quisiese huir de su cautiverio, tal como pretenden los soldados encerrados en esa colina. Una colina que se convierte en un personaje psicológico de la historia, con una entidad propia brutal que anula a estos hombres como si fuesen niños.

La Colina es una especie de mezcla de géneros, por un lado el carcelario, con su propio motín incluido (de las escenas más brillantes con las que cuenta en su haber), así como el del bélico psicológico, pero también circula en el sub-género de la instrucción: películas como Tigerland o La chaqueta metálica, donde observamos a un grupo de inocentes que serán maltratados por sus sargentos para eliminar cualquier asomo de humanidad en los que serán las futuras y perfectas máquinas de matar. Algo de esto hay, aparecerá de nuevo la figura del infatigable sargento de compañía que hace la vida imposible a los hombres bajo su cargo, en éste caso a uno en concreto con difíciles consecuencias. Es el resultado de éste comportamiento el que desatará la segunda parte, y realmente interesante, de la película: el desencadenante del enfrentamiento directo entre estos hombres y sus superiores. Plantea diversas cuestiones al respecto, por ejemplo, hasta qué punto deben cumplirse las órdenes en un ambiente espartano como el que plantea la película, y hasta qué punto puede llegar la mente humana al ser sometida a determinadas vejaciones y torturas. Unos no pueden más y acaban convirtiéndose en autómatas, mientras que otros rompen las esposas que los mantenían obedientes y mansos como corderitos, para denunciar la situación. Quizás la grandeza de la película resida en su final, una secuencia que acaba en un fundido en negro con las letras relucientes THE END que nos presagia un mal augurio.

Es curioso porque, al ver críticas en la red, he observado que en páginas de renombre que gustan a otorgar calificaciones por parte de sus visitantes a las películas que tienen en catálogo, la puntuación de La Colina ostentaba un excesivo 7.2. La verdad es que puede ser un tanto exagerado, pero sin duda es una historia muy recomendable para el amante del cine de Lumet y de la IIGM desde la rara avis que supone asistir a un campo de prisioneros aliado.....para soldados aliados!!. Una buena película, merece la pena por recordar a un maestro entre maestros de la dirección, si superáis la primera hora de visionado, ojo.

jueves, 10 de octubre de 2013

Hijos del Tercer Reich (Unsere Mütter, Unsere Väter)




" La guerra sólo sacará lo peor de nosotros "



Reanudamos el sendero del cine bélico con el que posiblemente fue el más trágico conflicto vivido en la Europa del Siglo XX, la Segunda Guerra Mundial. El motivo, una promotora alemana decidió contar la guerra desde el punto de vista alemán en una miniserie de tres capítulos que se centran, por un lado, en la retaguardia en Berlín-Polonia y, por otro lado, el frente oriental con la campaña en Rusia. El título, la traducción al castellano vendría a ser "Nuestras madres, Nuestros padres, viene a dejar claro desde el primer momento la intención del director: estamos ante un producto hecho por alemanes y dirigido para las generaciones directamente posteriores a los protagonistas de la historia, un grupo de jóvenes veinteañeros, con un reparto germano y que tomará un punto de vista al que no estamos demasiado acostumbrados. Lo cierto es que el resultado ha sido más que satisfactorio, una producción europea que sigue las claves de éste tipo de películas, recordando por ejemplo el Enemigo a las puertas, con niveles de realismo realmente altos, mucho más exigente que el cine del otro lado del charco por cierto, y con un punto de vista primordialmente humano que nos acerca a los costes de la guerra tanto dentro como fuera del frente. Tampoco hay que olvidar que ésta serie bebe directamente de la genial producción estadounidense "Hermanos de sangre" que Spielberg y Tom Hanks produjeron hace ya unos cuantos años.

En el primer capítulo conoceremos a cinco amigos, Greta, Charlotte,Viktor y los hermanos Friedlhem y Wilhem, que se reúnen en un bar de Berlín del junio de ese 1941 que serviría como preludio a la derrota. Pretenden despedirse, pues todos ellos tomarán rumbos diferentes con motivo del conflicto que se iniciará próximamente: la campaña en Rusia. Todos se conocen desde que eran niños: un sastre de origen judío, una aspirante a estrella de la canción, dos oficiales de la Werhmacht que pronto serán destinados al frente, uno de ellos con aspiraciones en la carrera militar mientras que el otro intenta dilucidar cómo abandonará su filosofía pacifista y antibélica, así como una futura enfermera que también será destinada al nuevo objetivo militar de Hitler. Todos ellos se encuentran despidiéndose en lo que suponen será la gran victoria del Reich alemán, y pocos atisban los cambios que se sucederán en todos ellos, la inocencia que se romperá para dejar paso a la desolación de las consecuencias de la guerra, pero se hacen una única promesa: la firme intención de reencontrarse los cinco una vez haya terminado el conflicto y, para sellar ese pacto, se realizan una foto de grupo.

En los siguientes capítulos asistiremos a dos historias paralelas: la primera de ellas se centra en el frente oriental, el avance alemán sin trabas en los primeros meses por la estepa rusa hasta lograr situarse a pocos kilómetros de Moscú, ante el desconcierto del propio Stalin que reaccionaría tarde y mal al ataque de las tropas germanas, así como el impacto que supone encontrarse con las ofensivas invernales que el camarada Josef tan bien aprovecharía para resistir. Es en esta historia donde conoceremos mejor a los dos hermanos Friedlhem  y Wilhem, así como a Charlotte, que se encuentra enamorada en secreto de éste último. Es esta la historia que realmente más nos acabará interesando, la que centrará la atención de la serie y la que logra mayores cotas de realismo. Son pocas las grandes batallas a las que asistiremos, se muestra correctamente el avance imponente del ejército alemán (donde también asistiremos a escenas en las que los colaboracionistas ucranianos ayudan a las tropas de las SS en la lucha contra los partisanos, y los no partisanos, rusos), pero pasará de largo por batallas como las de Járkov o Kursk, de las que oiremos hablar pero no veremos el combate. Me parece reseñable la quijotización que van sufriendo ambos hermanos: por un lado, tenemos al condecorado teniente que pretende defender los ideales de su país más allá de las fronteras que llevan dos años conquistando, cree en la causa y considera lo mejor para su pueblo, un ejemplo del típico militar espartano y frío alejado de tópicos sadismos (también tenemos unos cuantos de éste segundo tipo), por otro lado, el hermano sensible y humanista, que se ha impregnado de toda la filosofía que sus años de formación le han permitido adquirir, pero que se ve forzado a alistarse y a demostrarles a su padre y hermano que es un hombre, que ha madurado y que defenderá el águila que representa a su país. Se produce, como decía, una quijotización entre ambos: el primero observará cómo la guerra se va volviendo más cruenta, más "ilegal", abandonando los principios clásicos y recrudeciendo sus acciones no sólo contra el soldado enemigo sino también contra la población civil, y también verá la deshumanización de sus mandos, de su propio hermano, lo que le hará preguntarse si no habrá sido todo un error. También aquéllos famosos bandazos estratégicos que protagonizaba Hitler (uno de los hechos fundamentales que permitieron rearmarse al Ejército rojo tras Moscú con generales como Zhukov, fueron las idas y venidas del alto mando alemán motivadas por un Hitler obsesionado con los depósitos de grano y petróleo en el Cáucaso y Ucrania, destituyendo y nombrando nuevos cargos, que le distraerían del verdadero objetivo que era la captura de Moscú). Esa evolución en la cual los militares de carrera, que lucharon en la Gran Guerra, ven que su líder supremo deja mucho que desear como sesudo estadista y más bien se mueve por impulsos, está perfectamente reflejada en el 2º y 3º capítulos. Por otro lado, hablábamos de la deshumanización del hermano pequeño, que pasa de ser un cobarde y recibir palizas de sus compañeros a protagonizar episodios casi suicidas. Buenos detalles son, por ejemplo, el momento en que envían a los campesinos que les sirven de guía por los pantanos para servirles de pantalla en un campo minado, también las escenas en las trincheras en las que fumando un cigarrillo provoca un ataque de los bombarderos rusos, o la toma del puesto de telégrafos que desencadena en él una crisis nerviosa al entender el sacrificio que se ha hecho por el simple hecho de tomar una polvorienta oficina abandonada. Memorable es también la embestida final contra los rusos armado con un fusil y al mando de un grupo de niños.
El nivel de detalle del aspecto más bélico de la historia es realmente impresionante: no sólo por el nivel de la fotografía, recuerdo el detallismo en los uniformes de todos los soldados que aparecen a lo largo de la campaña, desde el batallón de castigo hasta los oficiales de las SS, pasando también por los clavos que llevan las botas de campaña (por las que descubren a un desertor) o el ruido que emitían los misiles Katiusha al cruzar el cielo sobre las cabezas de los alemanes. En general, éste apartado queda a un nivel bastante alto, bastante superior a la media de producciones a las que estamos acostumbrados, un digno relevo del Band of brothers a la alemana (aunque creo que deberían haberse atrevido a realizar una serie con 10 o 12 capítulos).
También Charlotte, la enfermera de la Cruz Roja, forma parte de las secuencias en el frente, donde asistiremos a truculentas operaciones quirúrgicas y al desplome ideológico del personaje, desde "venimos para demostrar el valor de la mujer alemana", hasta la cruda realidad que viene a culminar en la ayuda a los enfermos alemanes para autolesionarse y ganar mayores días de permiso. Especialmente interesantes estas escenas por lo novedoso de las mismas, creo que sólo en Hermanos de sangre habíamos visto lo que era un hospital en el frente con ese nivel de realismo. También recuerdo algunas escenas en Stalingrado que son memorables a éste respecto, desde el punto de vista alemán, pero creo que en la miniserie tenemos más tiempo para familiarizarnos con su funcionamiento. También con su localización, a pocos kilómetros del frente, lo que determina también el peligro que supondrá cuando el Ejército alemán se encuentre en plena retirada.

La segunda parte de la historia se desarrolla en retaguardia, donde veremos las relaciones que Greta comienza a llevar a cabo con un comandante de la Gestapo, pretendiendo conseguir ser una estrella de la canción, y salvar a su novio judío Viktor. El primer aspecto logrará ser satisfecho, convirtiéndose en una estrella de la radio y una especie de animadora de las tropas, también en la querida del comandante, pero éste la engañará para ingresar a Viktor en un tren con destino a los campos de exterminio. Será en este tren donde logrará escapar gracias a la ayuda de una mujer polaca que se encuentra retenida por los nazis como él, y con la cual llegará a dar de bruces con un grupo de partisanos polacos. Otro aspecto muy interesante de la historia, pues podremos asistir a los atentados organizados por la resistencia en Polonia, pero también el odio visceral que sentían contra los judíos, comparable al que los rusos o los propios nazis sentían también. Paradójicamente será ese odio el que logrará salvar a Viktor de una ejecución, pero es que la serie también se apunta en su haber el hecho de enseñarnos cómo las casualidades y las paradojas son lo que, al final, determinan la diferencia entre la vida y la muerte en estos casos.

Lo cierto es que, a pesar de ser una miniserie, el período de tiempo necesario para llegar a éste acabado final ha sido de 10 años, y una inversión de 14 millones de euros. Esto les ha llevado a realizar un producto que ha supuesto un impacto enorme en Alemania, logrando una audiencia media por capítulo de 7 millones de espectadores y cosechando muy buenas críticas en líneas generales. Entre éstas también las ha habido negativas con respecto al papel que se muestra de los polacos, también se ha criticado una cierta humanización de los nazis. Personalmente creo que ésta humanización no se produce, sino que hay una reflexión sobre el espectro ideológico que era Alemania en aquéllos años, haciendo una separación interesante sobre lo que realmente era el militar de carrera de la Werhmacht y lo que eran otros sectores como las SS o la Gestapo. Vemos fanáticos, sádicos, militares disciplinados, militares que creen en esa religión oscura que era el nacionalsocialismo y jóvenes que se ven contagiados por un espíritu nacionalista y patriótico que nada tiene que ver con la realidad del asunto.

Bien es cierto que tiene algún que otro error de bulto, pero creo que deberíamos valorarla mirando más allá, valorando lo que supone realizar un producto alemán de calidad sobre aspectos tan oscuros de la guerra. Me parece una mini serie muy digna en todos los aspectos.

Os dejo la Crítica de Von Kleist para que le echéis un ojo.