Listado de películas por orden alfabético

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miércoles, 29 de febrero de 2012

Valor de Ley (True Grit)





" Huye el impío sin que nadie lo persiga "




Con ésta cita bíblica empezaba la que ha sido hasta la fecha el último trabajo de los hermanos Coen, Valor de Ley, un western crepuscular algo engañoso pues, como veremos, tiene elementos de los mejores y más grandes clásicos del género. Una cinta interpretada por grandísimos actores, Josh Brolin, Matt Damon y Jeff Bridges, también secundarios de la talla del siempre bueno Barry Pepper, así como el descubrimiento de uno de los más grandes talentos entre lo que actrices noveles se refiere, la magnífica e increíblemente profesional Hailee Steinfeld. Como todos sabemos, es una revisión del clásico de Henry Hathaway protagonizado por John Wayne, por cierto el único Oscar que el Duque ganó por su interpretación como Mejor Actor. Lo cierto es que tuvo críticas muy favorables, fue nominada en diversos festivales a numerosas candidaturas pero, paradójicamente, a pesar de la buena acogida de crítica y taquilla, no se hizo con grandes galardones.

Nos encontramos en la piel de la joven Mattie Ross en su búsqueda del hombre que mató a su padre por un caballo y dos monedas de oro. En su cruzada recurrirá a dos hombres radicalmente distintos en sus métodos, el alguacil Rooster Cogburn (Jeff Bridges), un alcohólico cazarrecompensas pasado de todo, y el ranger de Texas La Boeuf (Matt Damon), que busca al fugado por haber matado a un senador en su jurisdicción. El hombre perseguido no es otro que Josh Brolin, antiguo trabajador del padre de Mattie que decidió unirse a una banda de ex-confederados reconvertidos en forajidos.

La historia es uno de los argumentos típicos del género, "la caza del hombre", pero tiene elementos renovadores, así como aires crepusculares también, ese es, en mi opinión, el buen hacer que los hermanos Coen realizan con esta historia. Por un lado, recogen un argumento 100% clásico llegando en algún momento incluso a copiar directamente el pulso narrativo y costumbrista de John Ford, de hecho, creo firmemente que éste título es de los que más se acercan al maestro del género. Todas las escenas del comienzo de la cinta en el pueblo con el desarrollo del juicio y la presentación de los personajes principales con sus motivaciones personales, los encontronazos con una fauna de lo más pintoresca a lo largo de la persecución, el primer encuentro con Brolin así como la resolución de la cinta en el duelo a muerte final son escenas que perfectamente podría haber filmado el maestro.

Pero también tiene elementos crepusculares, qué duda cabe, al ver los momentos más intimistas de la cinta, el final de los personajes, especialmente el del alguacil Rooster en ese circo a lo Wild Bill Hicock o incluso el Bronco Billy de Eastwood, grandes paisajes con puestas de Sol que se esconden tan paulatinamente como el género va muriendo en pantalla. Las propias reflexiones de Bridges en muchos momentos son un claro ejemplo de esa corriente de Westerns que iban cerrando poco a poco la puerta del género, también el tratamiento de la violencia, muy lejos de los títulos más clásicos. La cinta bascula realmente bien entre el costumbrismo de títulos como El hombre que mató a Liberty Valance con las corrientes intimistas más modernas de El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, o incluso títulos de años atrás como Cabalga con el diablo, del que se desprenden las importantes consecuencias de la Guerra de Secesión sobre estos hombres que salen revotados, como daños colaterales, del conflicto. En mi opinión todo ello son claras e importantes influencias a la hora de construir este Werstern "atípico".

Pero no se queda ahí la cosa, amigos míos, también tenemos elementos renovadores del mismo de la mano de la estética Coen: esos diálogos alocados al más puro estilo Lebowski, aunque no llega a ese nivel de acierto, entre La Boeuf y Mattie por ejemplo, o los personajes que los protagonistas se encontrarán en el bosque. También las escenas de violencia y su desarrollo son muy Coen, aunque lo combinan bien con un gran realismo: aquí los tiros no se pegan con cuentagotas y se aciertan a la primera, aquí hay grandes tiroteos en los que buenos y malos fallan numerosas ocasiones. Las escenas del patíbulo, algunos momentos cómicos, todo ello es pura marca de la casa.

Si anteriormente comentábamos como Dos cabalgan juntos era un buen modo de acercarse al género a través de los clásicos, creo que Valor de Ley cumple su función desde la vertiente más moderna del mismo. Buenísima película en general, y Western inolvidable en particular.

lunes, 20 de febrero de 2012

No habrá paz para los malvados





"Rock n Roll"



Eso parecen haber dicho Enrique Urbizu, Michel Gaztambide (guionista habitual) y José Coronado tras observar el éxito que su pequeño embrión ha cosechado en la pasada edición de la Gala de los Goya, premios de la Academia del Cine Español. Pero es que no sólo ha acaparado el éxito en los Goya, ha sido agraciada también por la asociación de críticos y, lo que en definitiva es más importante, por la taquilla. En el reparto también contaremos con un recuperado para la causa Juanjo Artero, aunque algo flojillo, y con la actuación del año en el cine español, un José Coronado que recupera la negrura de La caja 507, con dotes de perdición, inadaptación, una vida de perdedor al más puro estilo Sam Peckinpah.

La historia se sitúa en la más absoluta contemporaneidad del Madrid más urbano y negro que podamos imaginar desde que el escritor Juan Madrid se pusiera al mando de la genial y ochentera Brigada Central. Es la historia de Feroz Santos Trinidad, un sujeto de la vieja escuela que lleva años en el Cuerpo Nacional de Policía en una escalada de patetismo y violencia, viendo su culmen en una noche madrileña de alcohol. La que podría ser una noche más de alcohol y abusos policiales acaba en una matanza en uno de los prostíbulos controlados por narcos colombianos. En ese contexto, Trinidad intentará salvar el pellejo dando caza al único testigo del tiroteo, persiguiendo sin saberlo a una de las más peligrosas y desconocidas células yihadistas en España. Como el propio nombre del protagonista, la historia será un viaje de redención y salvación al margen de la voluntad de Trinidad con un final del calado que la historia impone.

Hay varios motivos para ver esta película, el primero de ellos es sin duda el regreso del magnífico Enrique Urbizu. El director vasco que nos regaló películas como La caja 507 (también con Coronado) o Todo por la pasta (con un magnífico y violento Resines), interesante también la road trip Cachito, vuelve al género negro con una historia de violencia in crescendo, de inadaptados, perdedores y con una fauna urbana moderna. Ya no asistimos a sórdidas reuniones en prostíbulos de mala muerte, ahora las escenas se desarrollan en discotecas madrileñas de moda, en la cadena de restaurantes Vips o persecuciones por los túneles de la M-30. También observamos que el paisaje urbano madrileño ha cambiado, con 4 torres símbolo de la opulencia de algunos, enmarcadas en un vertedero que refleja la realidad de la mayoría. Entre ambos mundos un policía sólo dispuesto a salvar el pellejo por encima de todo y todos, desde que una operación le deparó gravísimas consecuencias cuando formaba parte de las filas de un cuerpo de élite contra la droga, donde el único personaje contrapuesto a su persona será la jueza ordenada, limpia, eficiente, mecánica, que le perseguirá hasta las últimas consecuencias.
El siguiente motivo de peso es, como no podría ser de otra manera, una de las mejores interpretaciones del año, un José Coronado que entre cubata y cubata nos regala miradas, gemidos, tambaleos y disparos dignos del género. Recupera la mala leche del personaje que interpretara en La caja.. pero le dota de un punto más perdedor, más real, más negro y urbano si cabe, en la piel de este policía pasado de todo.
Evidentemente, el personaje es recurrente en su filmografía, el sujeto con la placa que pasa totalmente de las reglas del bien y el mal. Un sujeto que por su nombre se convierte en un cruzado "contra los infieles" (como bien cita el genial Carlos Boyero), pero siendo el nombre lo único que le queda en su cruzada, moviéndose entre el nihilismo y rones con Coca-Cola, aunque bien podrían ser Coca-cola con rones...

Es una película de género, que recupera el ritmo in crescendo de los clásicos del género, un comienzo brutal y una historia que en ningún momento se detiene, lo que notará su protagonista en la ausencia de horas de sueño. Un argumento contextualizado en los problemas que vivimos en la actualidad, alejándonos un tanto de los barrios conflictivos y pequeños delincuentes, aunque no serán olvidados, para centrarnos en los vínculos, reales, que existen entre las redes del narcotráfico y el yihadismo radical. En definitiva, es la narración en imágenes de una historia compleja, tratada con mimo, que requiere la dedicación e interés del espectador para seguir el ritmo del viaje de violencia al que asiste, con motivos para recuperar el oxígeno también.

Francamente, creo que esto es lo más cercano que hay del cine, o por lo menos de lo que yo entiendo por el cine. Creo que es sincero, no le hace trampas al espectador vendiendo algo que no es, no busca epatar a nadie, busca el entretenimiento mediante la excelencia de su género. Y lo consigue, y la taquilla así lo cree, y los críticos también, y así ha sido justamente premiado.

sábado, 11 de febrero de 2012

Dos hombres y un destino (Butch Cassidy and the Sundance Kid)




" La única emoción de mi vida ha sido el haberos conocido "



Seguimos con westerns destacables de los años 60, en concreto el año es 1969, el director George Roy Hill y el título Butch Cassidy and the Sundance Kid (Dos hombres y un destino), que también da nombre a los dos célebres protagonistas de esta historia dual Robert Redford (Sundance Kid) y Paul Newman (Butch Cassidy) en la que sería de sus primeras colaboraciones en pantalla grande. Colaboraciones esperadas y morbosas, dado el gran duelo que había entre los seguidores de uno y otro por ver quién era el mejor actor de aquellos años. En cualquier caso, parece claro que ambos nos brindan magníficas interpretaciones, cada uno en su ámbito y personaje, siendo a mi parecer mucho más lúcida la actuación de Newman, dado que el personaje tiene más matices y es más vivo que el impertérrito Kid.

De todos modos, asistiremos a un espectáculo de robos, tiroteos y trenes desvalijados en la vida de dos de los históricamente más famosos forajidos en la leyenda negra de los EEUU, de hecho la historia se realizó con base en los documentos de la Agencia de detectives Pinkerton, aunque la historia real se difumina bastante a la hora de incardinarla en la ficción. Básicamente, asistiremos a los atracos que realizan ambos forajidos contra los trenes de la Union Pacific, acciones que les pondrán en el punto de mira de uno de los más grandes cazarrecompensas del país, ayudado por uno de los mejores rastreadores indios del Ejército estadounidense, deparándonos una magnífica persecución que es justo enmarcar en la historia del género. Con todo ello, decidirán trasladar su base de operaciones hasta Bolivia, donde no tardarán en emplearse con los atracos a bancos, actividad que terminará trágicamente para ambos.

Lo primero que supone esta película es una cátedra sobre los filmes con doble protagonista, o con parejas, siendo lo de menos el ámbito, época o lugar en el que se halle contextualizada. Casi lo de menos de la historia es que sea un western, podría ser perfectamente un film negro, o una historia de amor entre el trío protagonista. El principal activo, por tanto, viene a ser la interpretación que ambos actores nos regalan, de las más granden que han realizado delante de una cámara, quizás más por parte de Newman que Redford. Es un duelo interpretativo decantado claramente a favor de Newman pero, como decía anteriormente, es innegable que los personajes se encuentran en las antípodas, probablemente por necesidades de guión para presentar dos personalidades que se complementan, siendo dañado colateralmente Redford en ese pequeño duelo personal.

Por tanto, es un western un tanto atípico, en el que veremos pocos indios, o ninguno, donde tampoco hay grandes combates salvo en momentos puntuales de la historia, tampoco se nos presenta el costumbrismo propio de Ford ni la violencia de Leone, no asistiremos a un ejercicio de inadaptación de Peckinpah, pero sí a una bonita historia de amistad en un entorno salvaje. Escenas y relaciones más propias de Las aventuras de Jeremiah Johnson, que curiosamente también protagonizaría Redford. Personalmente creo que no ha envejecido del todo bien esta cinta, algunos aspectos de la historia y el guión no han soportado del todo el paso del tiempo, a pesar de lo cual se convirtió en uno de los grandes mitos del cine (superando el género en sí mismo), lo que hace que sea un título de obligado visionado y comentario.

Para cerrar el tema, decir que un principio hubo dudas sobre el actor que debía interpretar a Sundance Kid, barajándose los nombres de Jack Lemmon y Steve McQueen, pero finalmente el director hizo imperar su apuesta por Redford. La cinta ganó numerosos Oscar por su guión, fotografía y canción (Falling on my head).

En resumen, una de las grandes interpretaciones del género, un mito bastante entretenido.

sábado, 4 de febrero de 2012

Dos cabalgan juntos (Two rode together)




" Y yo creía que sabía todo sobre los hombres "



En 1961 John Ford materializaría uno de los westerns más renombrados en la Historia del género, incluso un título habitual de los listados sobre mejores películas o títulos que hay que ver antes de morir, no es otra que Dos cabalgan juntos. Son varios los motivos por los que recomendar esta cinta, empezando por su director, un genial John Ford, y pasando también por su reparto, con uno de los mejores James Stewart que han pasado sobre un penco por el Far West y con Richard Widmark (tampoco olvidemos a un buen John McIntire). Vendría a ser la adaptación de Comanche Captives de Will Cook, donde observaremos otro ejemplo del realismo o costumbrismo del que Ford hace alarde, probablemente el mejor director norteamericano en esas áreas.

La historia se sitúa en 1880 y versa sobre un teniente de la Caballería norteamericana (Widmark) y un Sheriff que ejerce de cacique en una polvorienta ciudad perdida en el territorio de Texas (Stewart). Stewart abandonará sus actividades caciquiles para dirigirse con Widmark hacia Fort Grant, donde acudirá entre vítores y gritos de "héroe" para descubrir estupefacto que los colonos refugiados alrededor de la fortaleza esperan que sea el encargado de recuperar a sus familiares, hijos, mujeres, hermanas, hermanos, raptados a lo largo de las últimas décadas por los Comanches. Esto se complicará por la cercana firma del Tratado de Paz entre la nación Comanche y los EEUU, lo que justifica la presencia del sheriff Guthrie al ser imposible la intervención militar directa. Considerando los tratos en temas de contrabando que Guthrie llevó a cabo en el pasado con Quannah Parker (líder de los Comanches), ésta parece ser la solución más eficaz, a pesar de lo cual Guthrie se negará en rotundo hasta no ver algún beneficio en la historia.

Por tanto, uno de los motivos de interés de la película sería ver a Stewart interpretando un papel bastante diferente de los que estamos acostumbrados, el de un oportunista que vive de los diezmos que cobra a los negocios del pueblo, que intenta sacar negocios y beneficios de todo aquello que pasa por su lado. En contraposición tenemos al valeroso e idealista Widmark, un soldado que vive por y para el deber, un hombre que no entiende de otro tipo de motivaciones monetarias. Obviamente, el punto fuerte del guión e historia viene a ser la contraposición entre ambos personajes a la hora de decidir determinados dilemas que les surgirán a lo largo de su aventura, lo que irá definiendo personajes complejísimos, no meros comparsas de la historia, algo muy habitual en la filmografía de Ford, no lo olvidemos.

Otro punto fuerte acerca de la motivación para tomarse un tiempo en ver la película es su director, el GRAN John Ford. Todo lo que pueda decirse de este director es poco, auténtica cátedra de lo que se debe hacer con una cámara, todos sus planos están perfectamente premeditados, y casi sin querer nos muestra con un tono documentalista el Far West nortemaricano. Es puro costumbrismo, casi como un neorrealismo italiano a la americana, solo que con indios y pistolas. También grandes toques de improvisación en su mano, como ese perfecto plano inicial en el que Stewart aparece apoyado en un porche y empieza a bostezar (algo no previsto en el guión que el propio actor incorporó a la actuación), pero también hay paso a la practicidad, pues los decorados utilizados fueron incoporados anteriormente para El Álamo. Pero no sólo por esto merece la pena su visionado: también la forma que tiene de tratar la historia, con momentos de gran emotividad, donde podemos intuir el origen de clarísimas influencias sobre el Spielberg más moña, o la contraposición de personajes y caracteres que logran generar complejos conflictos y personajes en la historia. Pero también pasajes perturbadores como todo el desarrollo de la historia con Running Wolf, por lo que, en su conjunto, nos presenta historias completísimas, a la par que complejas.
No olvidemos lo durísimos que eran los rodajes de Ford, al más puro estilo Peckinpah, donde los actores salían absolutamente extenuados, quemados, magullados e incluso ensangrentados.

En resumen, es un buen exponente del western clásico bien hecho, sin necesidad de remontarnos tampoco a la prehistoria, es una buena manera de iniciarse en el género.