Listado de películas por orden alfabético

En este link podréis encontrar las películas por orden, y más adelante por géneros y temas. Si seguís teniendo problemas para enviar los comentarios, podréis hacerlo enviando un correo a esta dirección: pirumod666@hotmail.com, indicando en el asunto del mensaje la palabra BLOG y la película que queréis postear. Actualmente hay 114 películas comentadas. En este link encontraréis el meme Escenas para recordar Tal vez os interesen mis colaboraciones en Ponte Cine Aquéllos comentarios que ostenten un contenido manifiestamente ofensivo, injurioso o discriminatorio, así como contrarios a lo previsto en la legislación aplicable, serán eliminados lo antes posible.

viernes, 30 de diciembre de 2011

El topo (Tinker, Taylor, Soldier, Spy)




" Llegué a ser alguien "



Es ya costumbre en este blog dedicarle la entrada del último día del año (son 3 los que llevamos en esta aventura por la red) al género negro en su vertiente más moderna. Primero lo fue Uno de los nuestros, después vendría Un Profeta, y ahora viajaremos al Circus con un pequeño homenaje al mejor cine de espías moderno que se ha podido realizar desde hace muchos años. Estamos hablando de El topo, adaptación que Thomas Alfredson realiza sobre la obra homónima de John Le Carré, con un autocontenido Gary Oldman en la piel del agente secreto George Smiley.
Esta vez corre a cargo del actor y director sueco que recordaremos por su reciente thriller de terror Déjame entrar, donde ya se podía entrever algún elemento interesante. Ha realizado otras películas suecas sin mayor relevancia a nivel internacional. Alfredson pretenderá demostrar que es capaz de adaptar al autor inglés de novelas de espionaje por excelencia, con tramas, escenarios y personajes tópicamente ingleses, como lo son todos aquellos protagonistas de las novelas de Le Carré. Y lo cieto es que lo consigue, es sorprendente el resultado final, cómo un sujeto tan ajeno al mundo british ha conseguido realizar una película que despide un olor británico por todos sus poros. Es una tarea la de la dirección que ha conseguido hacer una película de autor, muy cercana en algunos aspectos al arte y ensayo (como también lo era La vida de los otros) pero sin dejarse llevar por excesos de monotonía, sino dejando paso también al buen ritmo de la historia.

En esta tarea Alfredson se rodeará, muy inteligentemente, de la plana mayor de los posiblemente más grandes actores ingleses vivos: Gary Oldman (Smiley), Colin Firth (Bill Haydon), John Hurt (Control) , Toby Jones (Percy Alleline), Mark Strong (Jim Prideaux /Ellis), Tom Hardy (Ricky Tarr) Ciarán Hinds (Roy Bland) y Benedict Cumberbatch (Peter Guillam). Todos ellos son los grandes del momento o futuras promesas que se definen como lo más granado de las islas, con permiso del genial Geoffrey Rush.

La película adapta la novela Tinker, Taylor, Soldier, Spy, que el escritor inglés John Le Carré escribiera en los años 70 para presentarnos las peripecias del espía del MI-6 George Smiley y su combate personal contra Karla, el líder del KGB soviético. En este caso asistiremos a un duelo de inteligencia, una partida de ajedrez entre Smiley y Karla (en la sombra), por el cual se emprende la caza de un topo soviético en las mismísimas altas esferas del Circus (el servicio secreto británico). Uno ha visto muchas historias de espionaje, especialmente en el cine, y creo que El topo es la mejor recreación de lo que tiene que ser ese mundo en la realidad. Esto no es ningún mérito especialmente de Alfredson, ya que Le Carré precisamente se ha caracterizado por eso, por el realismo que impregna sus historias. Historias llenas de personajes fríos, amorales, muy poco espectaculares, son más oficinistas que superhéroes al estilo 007, como bien interpreta Gary Oldman. Todo ello se ha plasmado a la perfección en la película, con unos escenarios fríos, oscuros, opacos, en los que el Circus parece más bien un almacén de una gran industria que el centro de inteligencia inglés. A este respecto hay que recordar que Le Carré fue un espía que utilizó ese pseudónimo para presentar sus novelas.

El escritor comenzó su andadura con Llamada para el muerto, primera de las 5 obras que protagoniza el agente George Smiley, aunque el núcleo duro de George viene a ser lo que se ha dado en conocer como "La trilogía de Smiley": El topo, El honorable colegial y La gente de Smiley, centrándose en el enfrentamiento con el KGB de Karla. Para los amantes del personaje y del escritor, el hecho de que Le Carré decidiese abandonar sus historias sobre la Guerra Fría y el espionaje fue un duro golpe, dejando posteriormente un buen escritor, un buen contador de historias, pero que nunca ha llegado a retomar el nivel que alcanzó con Smiley o con El espía que surgió del frío. A partir de este momento decidirá dedicarse a otros temas conflictivos y adaptados a la situación del mundo actual: especialmente en el tema de África con La Canción de los misioneros o El jardinero fiel, esta última auténtica obra maestra, tocando temas sobre farmacéuticas corruptas que trafican y experimentan con medicamentos en África o sobre sociedades secretas que tejen golpes de Estado en el Congo para hacerse con las minas de diamantes. También habla sobre el crimen organizado en su vertiente de tráfico y blanqueo de capitales, desde las mafias de Europa del Este hasta las auditorías afincadas en Londres. Todo ello deja entrever una personalidad liberal, más bien de izquierdas, muy combativo y muy frecuentemente se le ha visto en manifestaciones progresistas. Vendría a ser el extremo opuesto a Frederick Forsyth.

Sobre agentes secretos, y volviendo a la pantalla grande, hay que decir que Le Carré y este Topo, son posiblemente los acercamientos más sinceros con el mundo del espionaje. Jason Bourne, James Bond, Harry Palmer, etc son mucho más espectaculares que Smiley. Éste último parece más bien un oficinista, bajo, rechoncho, cornudo, frío, gris, imperceptible en sus gestos, un hombre que puede perderse en la multitud sin mayores problemas.

Sin mucho más que añadir, es una buena forma de disfrutar del buen cine de espías, con grandísimos actores (por favor intentad verla en VOS para oir las voces de John Hurt y Gary Oldman) y una muy buena ambientación que no os decepcionará.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Algunos hombres buenos (A few good man)




" No tenéis ni idea de cómo defender ésta nación "



Siguiendo la estela de El motín del Caine, nos vamos a deslizar por otro Consejo de Guerra, pero esta vez se trata de uno acaecido en el año 1992 con una de las muchas presentaciones del que sería el actor del cine de acción moderno por excelencia, Tom Cruise, ayudado de algunos nombres secundarios que han hecho de eso de levantar películas como quien no quiere la cosa todo un arte, gente como Kevin Bacon, Jack Nicholson, Demi Moore (en su buena época) o Kiefer Sutherland. Estos nombres, y otros menos conocidos, se pondrán a disposición de Rob Reiner (director de películas como Misery o la ochentera Cuenta Conmigo) para llevar a cabo el thriller judicial militar, categoría que a estas alturas podría convertirse en un género propio perfectamente, Algunos hombres buenos. Con estos datos se presenta una entrada por lo menos interesante, pero si todavía no estáis convencidos del todo vamos a darle un pequeño empujón señalando que el guión fue realizado por el guionista, productor y director Aaron Sorkin, creador de la inmejorable e inigualable El Ala Oeste de la Casa Blanca.

Nos situamos en la Bahía de Guantánamo, Cuba, cuando dos marines destinados en la base militar norteamericana deciden aplicar un castigo disciplinario a un compañero fuera de las normas, lo que es vulgarmente conocido como "Código Rojo". A resultas de éste castigo el marine muere horas después tras ser ingresado en el hospital militar. Consecuencias de estos hechos serán la formación de un Consejo de Guerra contra el cabo y el soldado de infantería que llevaron a cabo el castigo, y la designación de Cruise y Moore como abogados defensores de la Marina. Según avancen las investigaciones se valorará el grado de intervención que recae sobre los hombros del Coronel Jessup (Nicholson), así como las consecuencias del principio de obediencia dentro del estamento militar.

Realmente la película no sólo toma el modelo de El motín del Caine sino que estructura la espina dorsal de la historia con base en unos puntos reconocibles. Hay unos acontecimientos extraordinarios que conllevan unas sanciones, posteriormente un juicio militar en el que se pretende valorar la responsabilidad de los oficiales al mando, de aquí partimos hacia los principios de jerarquía y obediencia militar, más estrechamente sobre sus implicaciones llevado a las últimas consecuencias, para acabar finalmente con una moralina que la cinta pretende legar. A este respecto, si en la cinta de Bogart la moralina nos la comentaba José Ferrer, en este caso será el acusado Cabo 1º Dowson.

El desarrollo de la historia será el típico de otros thrillers legales con el Ejército como telón de fondo, como hicieron posteriormente Reglas de Compromiso, La hija del General o En honor a la verdad, con la salvedad de que la primera en hacerlo ambientándolo en conflictos contemporáneos es la presente de Reiner, por ello genera cierto interés. Son thrillers que mezclan el género propio de los Juzgados y Tribunales con el contexto de la diciplina militar, de hecho la mayoría basan sus historias en dicho principio y el choque que se produce al entrar en la sociedad civil por vía de unos hechos delictivos, así como con aspectos de cine negro como son la investigación y posibles coacciones que sufran los protagonistas. De ahí que adquiera algunas características del cine detectivesco.

En conjunto, no es una mala película, de aprobado o un 6 de media, pero no llegará a ser recordada como un referente de nada, pues le falta todavía para alcanzar a su antecesora. Buenos actores, interpretaciones normalitas, una historia interesante, pero niguno de sus elementos alcanzan el calificativo de "notable" o "excelente".
Además, el verdadero problema que yo le encuentro es que, el momento más esperado de todo el metraje, el duelo Cruise-Nicholson, tampoco alcanza las dimensiones que se propone y haciendo aguas por todas partes (un cara a cara bastante corto y flojillo), en cualquier caso superado por la acutación de Bogart, a pesar de contar con un genial Nicholson, todo hay que decirlo.

viernes, 9 de diciembre de 2011

El motín del Caine (The Caine Mutiny)




" Dígale a la tripulación que hay 4 maneras de hacer las cosas: la correcta, la incorrecta, la de la Marina y la mía. Si lo hacen a mi manera no habrá ningún problema "



Tengo que reconocer que hay multitud clásicos que debo revisar, y uno de ellos era El motín del Caine. El resultado, tras 120 minutos de metraje, ha sido encontrarme con una de las mejores, si no la mejor, película que he visto nunca. Y con la mejor actuación de ese solitario y extraño Humphrey Bogart, diría incluso más aún, ha sido nuestra reconciliación tras numerosas películas en las que sí, se puede decir que destacaba, pero no acababa de convencerme del todo la razón de esa leyenda. Tras ver El motín del Caine, me ha ganado totalmente para la causa.

Nos encontramos en el año 1954 cuando el citado Bogart, Fred MacMurray y José Ferrer, entre otros, se ponen a las órdenes de Edward Dmytryck, director canadiense muy perjudicado por la Caza de Brujas, bajo la protección del polifacético, y posteriormente gran guionista, Stanley Kramer. La película sería la adaptación de un best-seller de la época y, aunque finalmente no logró un verdadero reconocimiento en cuanto a premios se refiere (no ganó ningún Oscar pese a contar con numerosas nominaciones) lo cierto es que ha conseguido ser considerada un auténtico clásico, un exponente del cine bélico "moderno" en el año 54 (en plena Guerra Fría), y una cinta bastante representativa de los "años felices" de Hollywood.

La historia nos deparará a viajar con la tripulación del U.S.S Caine, un dragaminas norteamericano destinado a realizar maniobras durante la II GM, con una tripulación apática y un capitán con poco respeto por las normas. Esta situación cambia radicalmente con la llegada de Phillipe Queeg (Bogart), nuevo capitán al mando del barco que aplicará un férreo régimen de disciplina e impondrá a rajatabla toda normativa de la Marina. El shock será mayúsculo entre la tripulación, situación cada vez más insostenible, sucediéndose episodios absolutamente surrealistas que harán valorar a un sector de los oficiales la posible demencia del capitán Queeg. Finalmente, durante unas maniobras se desatará un tifón que llevará a dos oficiales a relevar del mando al capitán Queeg, ante su evidente incapacidad para dominar la situación, esperándoles un Consejo de Guerra una vez logran llegar a puerto.
El Tribunal sentenciador será el cúlmen del clímax de la cinta, un ritmo que en todo momento va creciendo sin perder un ápice de fuerza. Es curioso también el hecho de que durante 1 hora 40 minutos lo que estamos esperando realmente es el estallido que se produce finalmente en el juicio, con la GENIAL interpretación de Bogart.

Datos a tener en cuenta de la película:

El primero de ellos sería su calificación como una cinta bélica atípica, ya que nos encontramos con una típica historia de la II GM en la que hay pocas escenas de guerra, propiamente dichas, la mayoría son maniobras o misiones de escolta, en las que se entremezclan imágenes reales. Además, la cinta se basa en un fuerte componente psicológico: la relación entre oficiales y subordinados, hasta qué punto puede llevar el principio de obediencia al oficial al mando, cómo se puede apartar a un mando de sus funciones cuando no está en sus plenas facultades, etc.

Además, el elenco de actores nos dejarán actuaciones para enmarcar y guardar en el recuerdo, especialmente la de un Bogart paranoico, huidizo, esquivo en algunas situaciones, sinuoso, al que vemos perder los nervios con una mirada perdida y unas inquietantes bolitas de metal entre sus manos. Es increíble que no ganara el Oscar a la mejor interpretación, interesante también por el cambio de registro de tipo duro al que estamos acostumbrados a verle. Tampoco hay que olvidar a un magnífico Fred MacMurray como un tipo traicionero, el típico trepa que podemos encontrar fácilmente en nuestro entorno más próximo, el amigo que te apuñala por la espalda. Y por último, el menos lucido pero fundamental para la historia, José Ferrer, como abogado de la Armada. Es fundamental para la historia, pero ya explicaremos el porqué.

También señalar, como otro elemento atípico de la cinta, el elemento de crítica encubierta que hay tras las imágenes. Fue muy difícil que el Departamento de Defensa aceptase dar su apoyo a esta película: el tipo de historia y el momento histórico en que nos situamos (1954 períodos duros de tensiones en el conflicto), hacían difícil que dieran su brazo a torcero. Realmente esto se consigue con unas palabras al inicio de la cinta, que niegan rotundamente la veracidad de los hechos que se nos cuentan, y unas palabras al final de la cinta, que extraen la falsa conclusión de una oda a la "gran" Marina norteamericana. Realmente tras esas palabras se esconde una clara crítica al sistema militar basado en el principio de obediencia, a un sistema y un Tribunal que defienden hasta las últimas consecuencias a un hombre enfermo que supone un peligro público real, dadas las tareas que se le encomiendan.

Para finalizar, me gustaría volver sobre el tema de José Ferrer, al que considero clave para la película. Porque sin ese final en la cena de oficiales, acabaríamos sacando unas conclusiones distintas, probablemente parciales, de la historia que nos han contado. Y es que Ferrer nos abre los ojos con su embriaguez, y nos presenta a todos los culpables de los hechos que se producen en el USS Caine.

Sin más, una de las grandes películas de la Industria.